La gastronomía abre ante nosotros todo un mundo de posibilidades, desde las más sencillas hasta las más complejas. Entre ellas, hay elaboraciones que han pasado de generación en generación y que, además, han sido capaces de traspasar fronteras. Es el caso del cordon bleu de pollo, del que os hablamos hoy en Carnicerías Herrero y os explicamos cómo prepararlo en casa.
Qué es el cordon bleu de pollo
El origen del cordon bleu se atribuye a los suizos. A ellos se les ocurrió rellenar un filete empanado, relleno con queso. Con el paso del tiempo, la receta evolucionó y se extendió por gran parte de Europa.
A partir de esta base, aparentemente sencilla, se han desarrollado multitud de recetas, entre las que destaca la del cordon bleu de pollo, que generalmente contiene jamón cocido o curado y queso en su interior.
Cómo prepararlo en casa
Para cocinar un rico cordon bleu de pollo en casa, necesitaremos:
- Filetes de pechuga de pollo de Carnicerías Herrero
- Queso de buena calidad cortado en lonchas o cuñas
- Jamón de York en lonchas
- pan rallado o panko
- harina
- huevos
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta negra recién molida
Paso a paso de la receta
El primer paso para preparar estos ricos cordon bleu de pollo es preparar la pechuga. Para ello, tras limpiarla adecuadamente, retirando la posible grasa sobrante, espalmaremos los filetes para hacerlos lo más finos posibles. También podemos pedir a nuestro carnicero de confianza que los parta muy finos, explicándole qué vamos a preparar.
Tras ello, los salpimentamos y colocamos sobre cada filete de pechuga jamón de york, coronándolo con una loncha de queso de calidad. La intensidad del queso dependerá del gusto de los comensales, pero como el jamón york y el pollo son suaves, admite perfectamente quesos fuertes.
Una vez colocados los ingredientes, enrollaremos cada filete, comenzando por la parte más ancha hacia la estrecha.
Después, los pasamos por harina, huevo y pan rallado, en este orden. Los dejaremos reposar unos minutos, para que se asiente bien el rebozado.
Ahora, solamente queda freírlos con abundante aceite para que queden bien dorados y crujientes. Otra alternativa es cocinarlos al horno a unos 210ºC, hasta que queden perfectamente hechos.
¡Buen provecho!
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