El concepto tartar viene a referirse a la preparación de cualquier carne o pescado en crudo, cortado finamente y aderezado y condimentado al gusto. Podemos encontrarlo como Tartar de carne, steak tartar, filete tártaro… diferentes nombres para un mismo concepto.
De dónde viene el tartar de carne
Existen diferentes teorías sobre el origen del tartar.
Una de ellas, quizá la más refrendada, es la que nos habla de los antiguos jinetes de la región de Mongolia. En épocas de guerra, los jinetes tártaros introducían grandes filetes de carne bajo sus monturas en contacto directo con el caballo.
Supuestamente el trote del caballo sumado al calor que desprendía, ayudarían a desangrar la carne y a macerarla para poder consumirla más tarde.
Otras teorías hablan de la necesidad del ser humano de poder tomar carne cruda cuando no existían medios para utilizar el fuego y en ambientes demasiado húmedos. De este modo, la carne cruda se aderezaba para conseguir su maceración y poder tomarla en crudo, sin cocinar.
Cómo preparar el tartar de carne
Lo primero que haremos es seleccionar la pieza adecuada. Carnes limpias, jugosas, con poco nervio y grasa serán las más indicadas para este plato.
Desde Carnicerías Herrero recomendamos el solomillo de ternera y el solomillo de vaca para preparar este plato. Son las piezas más tiernas y que mejores resultados dan para el tartar de carne.
Sin embargo, también existen otras piezas más económicas que pueden valer para este plato, como es el lomo de ternera o el entrecott.
Una vez seleccionada la carne, hemos de picarla finalmente a cuchillo. Cuando la hayamos picado, la reservamos en un recipiente.
Ahora toca el turno del aderezo. Existen infinitas recetas de tartar de carne, pero vamos a ceñirnos a una de las más tradicionales.
Además de la carne salpimentada y troceada, necesitaremos mostaza (preferiblemente mostaza antigua), alcaparras, cebolleta picada finamente, una yema de huevo, aceite de oliva y unas gotas de limón.
Mezclamos todos los ingredientes y los dejamos macerar juntos unos 20 minutos. Pasado el tiempo, emplatamos en forma de disco, ayudándonos de un aro de emplatado si es necesario. Otra alternativa, para los menos habilidosos en el emplatado, es disponer la carne en montoncitos pequeños, bien sobre cucharitas listas para tomar, bien sobre tostadas pequeñas untadas con alguna salsa de mostaza.
Algunas versiones incluyen otras salsas como el ketchup, Wercestershire, tabasco, o la perrins. Otras añaden además jugo de lima, cebollino y otros complementos. Incluso los más sofisticados maceran la yema para que se conserve entera coronando el tartar de carne.
Cada maestrillo tiene su librillo, así que nuestra recomendación es ir probando combinaciones y proporciones hasta dar con la que más os guste. Eso sí, la carne siempre de la mejor calidad en Carnicerías Herrero.
Y si el preparar carne cruda os da reparo o respeto, os recomendamos que probéis nuestra deliciosa hamburguesa tártara. Con toda la esencia del steak tartar, pero cocinada para un sabor único.
¡Qué aproveche!
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